A eso de las siete de la tarde, estuvo todo listo para este primer concierto de “Ark-Lights”. El nervio y la expectación eran las características previas a subir al escenario. Compañeros, amigos y algunos familiares llegaron tempranos para dar el espaldarazo necesario para el significativo momento.
Aplausos y silbatinas del público apuraron la salida de los muchachos a escena. “Penny Mason”, de Ozzy Osborne fue el tema escogido para encender los fuegos de la noche. Lo hicieron a imitación de las grandes agrupaciones rockeras. De uno en uno, para dar más vigor y volumen al ritmo en la medida que se sumaban los instrumentos. El vocalista Cristián Baeza fue el último en presentarse frente al público y con ello, toda la adrenalina y el histrionismo del rock.
Fueron 90 minutos del puro y más energético rock. Interpretaron temas característicos del rock-pop, como también, otros más agresivos que deslindaron con el metal. Nadie pudo pasar desapercibido y cada uno de los presentes sucumbió ante la fuerza interpretativa de los músicos y el histrionismo del vocalista.
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